Atención a la siguiente noticia del New York Times: Charity Says U.S. Food Aid Hurts Poor, es decir, que la ayuda alimentaria de los EE.UU. perjudica a los pobres. Para los que no sepan inglés, ahí va un pequeño y libre resumen del artículo: una organización humanitaria ha rechazado ayuda alimentaria por valor de 46 millones de dólares argumentando que la manera en que el gobierno de EE.UU. distribuye su ayuda perjudica a los campesinos pobres. Los excesos de producción agraria en EE.UU. están fuertemente subvencionados por el gobierno, y además, las grandes compañías de transporte obtienen onerosos contratos para llevar la ayuda, ¿quiénes son los perjudicados? los campesinos pobres que tienen que competir con estos productos. Las organizaciones humanitarias recalcan que no están en contra de ayuda alimentaria en casos de verdadera emergencia. ¿Por qué EE.UU. no da su ayuda en dinero en vez de en especie? Amigo, entonces el negocio se les vendría abajo, gastarían lo mismo pero se quejarían sus agricultores y sus grandes multinacionales del transporte que ahora se lucran con el negocio (sí, sin entrecomillar). ¡Vaya ayuda, hay ayudas que matan!
Subvencionar excedentes agrícolas, dar contratos ventajosos a multinacionales nacionales (y perdón por la antinomia), ... excelentes políticas liberales llevadas a cabo por el adalid del liberalismo mundial. Recordáis el artículo titulado: Sobre el liberalismo, pues a él me remito.
¿Quieren otro ejemplo? Veamos el caso de los juguetes chinos retirados por contener exceso de plomo o piezas inadecuadas para los niños. Son clarísimamente juguetes de una marca americana, una marca propiedad de una multinacional que ha impuesto sus juguetes en todo el mundo (nuestros jugueteros de Ibi podrían seguramente decirnos muchas cosas al respecto), una multinacional que se supone dispone de controles de calidad totalmente seguros y fiables, una multinacional con unos gabinetes de márketin y de especificación de productos con unos presupuestos astronómicos. A esa multinacional se le cuelan unos productos defectuosos. ¿De quién es la culpa? de los chinos, naturalmente. De la multinacional (Mattel para hablar claro) en ningún caso. Como diría Hamlet, algo huele a podrido (y en este caso no es en Dinamarca).
¿Lo ratificamos? lean con atención la siguiente noticia (ésta es en español): La fiebre antichina se extiende por EE.UU. Vaya, y esto ocurre precisamente en el momento en que China empezaba a despegar en su desarrollo económico, generando, como ya vimos en el artículo "Modelo de desarrollo", importantes trastornos en la economía mundial. Claro, bastantes problemas están causando los "dichosos" chinos: subida del precio del petróleo, de los alimentos, competencia a los productos de los países desarrollados...
Lo dicho, los EE.UU. o mejor, su gobierno, son los adalides del "liberalismo"
¿Dónde hay un liberal?...
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