jueves, 9 de agosto de 2007

La vía regia al aprendizaje


Uno de los temas que me preocupan en la sociedad actual es el de la educación de nuestros niños y jóvenes. Los niveles de fracaso escolar van empeorando y en Baleares éstos son los peores de España. Hace falta dar un giro a la educación.



Cuenta el siempre interesante Isaac Asimov en uno de sus ensayos la siguiente anécdota (y cito de memoria): El rey Ptolomeo el grande, sucesor de Alejandro Magno, era discípulo de Euclides, pero le costaba mucho entender sus teoremas. Un día, sudando por el esfuerzo que le suponía el aprendizaje, preguntó a Euclides si no existía una manera más liviana y soportable de aprender, a ello, el sabio Euclides le contestó: "Señor, no existe una vía regia al aprendizaje".



Pues bien, siento estar en desacuerdo con mis admirados Asimov y Euclides, pero yo sí creo que existe una vía regia al aprendizaje: el interés. A mí, de niño, siempre me interesaron las materias escolares, y siempre me sorprendió que mis compañeros, algunos que eran malos estudiantes, tuvieran una facilidad enorme para saberse de memoria las alineaciones de todos los equipos de la primera división (en ocasiones, también de años anteriores). ¿En qué consiste la diferencia en aprenderse el teorema de Arquímedes o las susodichas alineaciones? Evidentemente en el interés que éstas suscitaban en mí y en mis compañeros.



Hay que conseguir que las materias objeto de una educación de calidad se hagan interesantes, suscitar el interés de los jóvenes por estas cuestiones. Y ahí hay que decir que nuestro sistema educativo es tremendamente aburrido y pesado. Una de las materias que deberían aprender los maestros es el arte de suscitar interés.



En el mundo de hoy tenemos unos instrumentos fabulosos para materializar este interés: la televisión, la internet interactiva, ..., pero mis experiencias con ellas no son todo lo positivas que deberían ser: la televisión, en vez de ver aprovechado su enorme potencial, se ha convertido en una herramienta antieducativa, que nos bombardea a todas horas y en todos los canales con una serie de personajillos sin el más mínimo interés, con un lenguaje soez y procaz, con una total inversión de la escala de valores, con una ausencia casi total de vida cultural o científica, y cuando se da ésta, aburrida, tremendamente aburrida. Y no debemos olvidar que la televisión es un servicio público (¿?) Sí, incluída la privada.



Internet ofrece todavía más posibilidades, pero si comparamos el número de buenas páginas dedicadas a la cultura y el de las que se dedican a temas tales como la pornografía o la violencia, veremos cómo se desaprovechan las buenas oportunidades.



Ya es hora de que alguien se tome en serio el tema de la educación. Es fundamental para tener un mundo mejor



Bueno, démos más pistas sobre el valor del trabajo, a partir de ahora, las que voy a dar son opiniones totalmente personales y por consiguiente susceptibles de debate. Os animo a él, y no tengo ningún inconveniente en que vuestras opiniones sean en forma totalmente anónima. Espero ni moderar ni censurar ninguna opinión. Es más, desde ya agradezco más las contrarias a mis opiniones.



Para mí, no puedo aceptar que todo trabajo humano tenga el mismo valor. Es evidente que hay personas que realizan su trabajo a desgana y de mala manera, y otras que lo cumplen con toda escrupulosidad y poniendo todos sus sentidos en él. Por otra parte hay trabajos que requieren toda una inversíón en formación y en conocimientos, mientras que otros no requieren de este esfuerzo. Es lógico pues, en mi opinión, que haya unos trabajos más valiosos que otros. Pero, ¿sin ningún límite?. Y por otro lado una nueva pregunta: ¿no sería conveniente equilibrar el máximo posible el valor y el precio del trabajo?



... Seguiremos pues reflexionando.


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