sábado, 7 de febrero de 2009

Custodia compartida

Al plantearse una separación o divorcio caben dos alternativas:




  • Hay un culpable de malos tratos, no atención a los niños, etc.
  • No hay culpable, sino una mera falta de entendimiento.

En el primer caso, está claro que la custodia de los niños debe recaer en el cónyuge no culpable. Si se da el segundo caso, caben a su vez dos alternativas:

  • Existe mutuo acuerdo acerca de quién debe ejercer la custodia.
  • No existe dicho acuerdo.

En el primer caso, también está clara la custodia: ésta debe ejercerla aquél que designe el mutuo acuerdo. Cuando se da el segundo caso, en la actualidad, la tendencia de los jueces suele ser conceder la custodia a la madre, causando los siguientes problemas:

  • La mujer parte de una situación de fuerza en los procesos de divorcio, situación que desfavorece la toma de acuerdos que existirían de estar las fuerzas equilibradas.
  • El hombre es castigado retirándosele la custodia de los hijos sin haber hecho nada para merecer este castigo.
  • Los hijos son privados injustamente de una vida normalizada con el padre.
  • El domicilio conyugal que, en principio, debería ser para los hijos pasa a ser, de facto, de la madre.
  • Se produce una injusticia económica: el domicilio conyugal, pagado conjuntamente es usufructuado por la madre, mientras el padre debe asumir todas las cargas. No digamos si el domicilio conyugal ya era propiedad del padre antes del matrimonio: éste es objeto de una situación que, desde ciertos puntos de vista, sería asimilable a una expropiación.

Para evitar estos problemas, la solución idónea sería la custodia compartida, dejando el domicilio conyugal para los hijos y compartiéndolo los excónyuges en la misma medida que comparten la custodia de los hijos.

Cierto que ésta es una medida incómoda para padre y madre: no es cómodo tener que ir cambiando de domicilio con una periodicidad corta. Pero es, sin duda, la mejor medida para los hijos, ya que éstos tienen un domicilio fijo. Además, desde otro punto de vista, favorece la búsqueda de acuerdo entre los excónyuges para solucionar las incomodidades.

En definitiva, la medida de conceder la custodia a la madre no es sino otra cara del machismo imperante en nuestra sociedad. Si éste opera frecuentemente en contra de la mujer: violencia doméstica, mujeres objeto, desigualdad de salarios, etc., en este caso opera en contra del hombre. Ahora bien, la peor forma de solucionar una injusticia es cometer otra.

1 comentario:

Asociación Catalana de Padres Separados dijo...

Desde la ASOCIACION CATALANA DE PADRES SEPARADOS le felicitamos por su valentía a la hora de proponer la custodia compartida.