miércoles, 24 de diciembre de 2008

Centro Base (y 3)

A continuación transcribo la contestación realizada a la respuesta dada por el Gobierno Balear, reflejada en el artículo Centro Base (y 2):

Apreciados Sres.:

No puedo dejar sin contestación la respuesta del Gobierno de las Islas Baleares a mi queja de referencia Qssi-20083299 (recibida el 22 de diciembre de 2008), por los siguientes motivos:

1. La contestación no responde, en ninguno de sus puntos, al motivo de la queja: maltrato y displicencia en la administración pública, haciendo simplemente referencia al trámite administrativo seguido en la resolución del expediente de solicitud de los informes preceptivos para la obtención de una tarjeta de aparcamiento por parte de mi tía, Dña. Antonia Pascual Castell.
2. En la contestación se incurre en las siguientes inexactitudes:
· Se dice que durante la valoración se nos solicitan informes: falso, la solicitud de informes es previa a cualquier intento de valoración. De hecho, la asistencia de mi tía al Centro Base fue totalmente superflua, habida cuenta de que la médico (supuesta) ni la exploró, ni tan siquiera le dedicó una mirada profesional.
· Se indica que se nos solicitaron informes que posteriormente se tuvieron que solicitar a la Fundación Balear de la Dependencia: falso, se nos argumentó que la información por nosotros aportada: informe médico donde se acreditaba que Dña. Antonia Pascual no podía realizar ninguna actividad de la vida cotidiana sin ayuda así como certificación de la situación de dependencia de mi tía era antigua: concretamente de dos años, por lo que se nos solicitaron nuevos informes médicos actualizados. Me gustaría que la Sra. Rosa Binimelis nos aclare qué misterioso papel apareció en la Fundación Balear de la Dependencia que hizo que se concedieran los informes, siendo más determinante que el certificado médico y la certificación oficial de dependencia. Ahí hay un problema adicional: en el hospital de Son Llatzer no dan cita a mi tía, circunstancia reiteradamente denunciada, incluso ante el Colegio Oficial de Médicos.
· Se omite que yo mismo recibí una llamada telefónica por parte de la Cap de Servei, Dña. Ángeles Villegas, solicitándome que me entrevistara con una psicóloga del Centro, llamada Cristina, para no sé qué trámite, a lo cual me negué rotundamente en correo electrónico dirigido a la Sra. Villegas el día 18 de Noviembre de 2008 por las razones en él expresadas y que pongo a su entera disposición.
· Se omite que mi tía, enferma de Alzheimer tuvo que esperar más de una hora en una silla de ruedas en ser atendida por el supuesto personal facultativo del centro. Tiempo en el cual, tanto mi padre como yo mismo, tuvimos ocasión de comprobar de primera mano el trabajo realizado en el mismo.
· Se acredita que, a pesar de la reconocida urgencia del caso, y de darle la máxima celeridad se tardó prácticamente un mes y medio en la resolución del expediente. Cierto que se indica que se podría haber acelerado de haber entregado ciertos informes, que sigo considerando totalmente superfluos, sigo considerando este plazo absurdo totalmente. ¿Disponen ustedes de estadísticas no trucadas que indiquen cuál es el plazo medio de resolución de expedientes similares? Quizá no estará tan lejos de los 6 a 8 meses inicialmente indicados a mi padre en el centro de Vía Alemania.
· Por último remarcar el punto más importante: ¿Qué información han recibido ustedes entre el 28 de Octubre y el 3 de Diciembre que ha hecho que el 3 de Diciembre se pudieran hacer unos informes que no podían ser realizados el 28 de Octubre?.
3. En un párrafo final lamentable, sin ningún vínculo con el resto de la contestación y sin ningún apoyo en hechos concretos se me descalifica de manera global, paso a reproducir el párrafo: No quiero terminar este escrito sin poner de manifiesto el nivel de exigencia, prepotencia, falta de educación y falta de respeto a todo el personal del Centro Base manifestados por el hermano y el sobrino de la señora Antonia Pascual. A este respeto manifestar:
· Si por nivel de exigencia se entiende el hecho de que exijo que se me reconozcan mis derechos como ciudadano y se me trate de forma acorde a tal condición, admito dicho nivel de exigencia.
· ¿Qué prepotencia puede manifestar un ciudadano ante unas administraciones públicas todopoderosas, con todos los medios a su disposición (personal de seguridad incluido) y con recursos más que suficientes para imponerse, como sucede en un porcentaje abrumadoramente alto de casos?
· Si por falta de educación se entiende un tono de voz ligeramente elevado, atribuible a una ligera dureza de oído que padezco y que reiteradamente alegué ante el personal del Centro, también admito la falta de educación.
· Si por falta de respeto se entiende haber llamado incompetente a una supuesto médico que, frente a un enfermo de Alzheimer ni siquiera realizó el más mínimo intento de explorarla ni de diagnosticarla, procediendo a la solicitud de informes en primera instancia, también admito la falta de respeto. Ante un problema caben dos formas de actuar: resolverlo o solicitar un informe, al parecer se suele actuar de la segunda forma.

Como conclusión: pueden ustedes continuar con su actitud autocomplaciente haciendo caso omiso a mis quejas o pueden trabajar para mejorar el funcionamiento de las administraciones públicas. De ustedes depende el futuro. La pelota la dejo en su tejado.

Mis más cordiales saludos,
Rafael Pascual Roca.

A ver si conseguimos una administración pública del siglo XXI (o cuanto menos que deje de estar anclada en el siglo XIX, que es donde está).

No puedo dejar este artículo sin desear a todo el mundo una Feliz Navidad y un próspero año nuevo (felicitación que, por supuesto, hago extensible a todo el personal del Centro Base, con el deseo de que el nuevo año traiga consigo una mayor eficacia, profesionalidad, efectividad, amabilidad... no dudo que ello redundará en su propia felicidad). Felicidades a todos...

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