domingo, 4 de enero de 2009

Diario de una guerra


La imagen figura en la primera página de prácticamente todos los periódicos de hoy. ¿Qué es esta preciosidad?, ¿fuegos artificiales? No, son inocentes bombas de racimo.

Las bombas de racimo, cuando llegan a cierta altura, se deshacen en múltiples artefactos explosivos generando destrucción en un amplio radio de terreno, matando y mutilando de forma indiscriminada. Es imposible, con ellos, atinar un objetivo concreto. No, su misión es destruir de forma indiscriminada. Se ha propuesto de forma reiterada e insistente su prohibición, tropezando siempre con la oposición de los Estados Unidos. Ahora es Israel quien los está usando contra la población palestina de Gaza. ¿Quienes son los terroristas?

Por cierto, no tiene desperdicio el reportaje del periódico ABC que narra como Israel potenció a Hamás para oponerlo a Al Fatah, tema ya tratado en el artículo "Problema en Pollensa". Se repite lo ocurrido con Estados Unidos y Al Qaeda..., las criaturas se vuelven monstruosas..., al parecer, el "Frankenstein" de Mary Shelley debería figurar en la mesilla de noche de todos nuestros políticos.

Y mientras, ¿qué hace el Vaticano? Sí, mensajes genéricos apelando a la paz, pero a la hora de los hechos, oponiéndose más a las píldoras anticonceptivas (causantes de la contaminación en la tierra y de la infertilidad de los hombres????), repitiendo la historia de siempre: predican por la paz, pero sacan bajo palio a sangrientos dictadores, bendicen las guerras, y vuelven los ojos a la hora de actuar contra genocidios.

Y lo mismo la ONU...

Mundo...

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