
Hoy en día los extremos están desacreditados, nadie apuesta ya por un total determinismo genético ni por una concepción del hombre como una pizarra vacía donde sólo la experiencia va a escribir el contenido.
Ahora bien, en estos tiempos donde el racismo comienza a emerger: donde los árabes son tachados como innatamente fanáticos, los negros como innatamente perezosos, los rumanos como innatamente malvados, o los españoles como innatamente temperamentales... propongo un experimento mental:
Supongamos que cogemos un niño recién nacido (por ejemplo etíope); supongamos que no hay ninguna diferencia externa entre todos los hombres del mundo (para esto es un experimento mental) y supongamos que criamos a este niño (desde su primer día de vida) en una familia, por ejemplo, francesa... va a una escuela francesa, le dan las costumbres francesas...
Bien, ¿será este niño distinguible de los niños franceses cuando cumpla 5 años?, ¿y 20?, ¿y 60?, ¿será más vago?, ¿será un fanático religioso?...
Moraleja: creo en el poder de la educación para cambiar la gente.
Pd. No obstante no creo que todo sea fruto del ambiente. El sujeto de nuestro experimento será más nervioso o menos, más impulsivo o menos, ... dependiendo de su dotación genética, aunque también estas características podrán ser atenuadas e incluso, en ciertos casos, anuladas por el ambiente.
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