sábado, 11 de agosto de 2007

Dunkin Donuts en el país de la ensaimada




Palma se está llenando de establecimientos de Dunkin Donuts: calle Olmos, plaza de Cort, calle Conquistador,... No tengo nada contra ellos, pero resulta extraño que un producto totalmente ajeno a nuestra cultura esté colonizando las calles y puntos más céntricos de nuestra ciudad. Más cuando en nuestra cultura disponemos de un manjar gastronómico tan delicioso y delicado como es la tradicional ensaimada.


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Y yo me pregunto: ¿qué hacemos los mallorquines cuando sucumbimos a los encantos del producto conocido universalmente por su agujero central, despreciando toda la filosofía que se oculta en los giros de la espiral?, ¿y, a qué vienen a tomarse Donuts unos turistas que pueden catarlos cuando les apetezca allá en sus tierras, donde carecen de la delicada ensaimada?


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Colonización cultural, se denomina la figura. O poder del capital frente a la cultura... Y no es malo el multiculturalismo. Disfruto de comer en restaurantes indios, mejicanos, tailandeses, japoneses, argentinos, marroquíes,... incluso de tomarme de vez en cuando una buena pizza o incluso una hamburguesa. No, lo malo es el avasallamiento, la profusión de comercios de determinadas marcas que copan los mejores locales comerciales de las ciudades de todo el mundo, amparados en el poder inmenso del capital y del márquetin y con absoluto desprecio de las realidades culturales y sociales de los países colonizados (que en este caso son todos).


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Por la cultura, por la ensaimada, por su filosofía, por su espiral, por su delicadeza... consuma productos locales, consuma ensaimadas en Mallorca, paellas en Valencia, hamburguesas en Tejas, pizzas en Venecia, cuscus en Marruecos, sushi en japón,... y de todo en su casa. No sucumba al neocolonialismo.


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