sábado, 25 de agosto de 2007

De piedras y cántaros


En el Talmud, libro sagrado de los judíos, encontramos la siguiente maravilla:


Si la piedra cae sobre el cántaro,

lástima por el cántaro.

Si el cántaro cae sobre la piedra,

lástima por el cántaro.

¡Siempre lástima por el cántaro!


¿Quiénes son los cántaros y quiénes las piedras? Quizá los que ya decía Machado: Los cántaros son las gentes que danzan y juegan, cuando pueden, y laboran sus cuatro palmos de tierra, los que cuando caminan cabalgan a lomos de mula vieja, y no conocen la prisa ni aún en los días de fiesta. Son buenas gentes que viven, laboran, pasan y sueñan y que, un día como tantos, descansan bajo la tierra. Las piedras son esos pedantones al paño que miran, callan y piensan que saben porque no beben el vino de las tabernas, ... mala gente que camina y va apestando la tierra.


Cántaros: los pobres, los oprimidos, los hambrientos, los esclavizados,... la mayoría.

Piedras:... aquí podría poner nombres, pero se los dejo a la inteligencia del lector.


Y una noticia: ¿Creía en Dios Teresa de Calcuta? En esta pregunta va, a mi juicio , resumida la grandeza del personaje. Creo firmemente que en la duda está la esencia del hombre, la fuente de la tolerancia y el respeto mutuo. Y, a pesar de la duda (o gracias a ella) hizo lo que debía hacer... !chapeau!


Aunque, quizás yo sea tan partidario de la duda porque yo mismo soy una duda con patas.

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