martes, 25 de septiembre de 2007

De publicidad y pestañas


Vaya, parece que a L'Oréal le han pillao con el carrito del helao. Al parecer, anunciando un producto que supuestamente aumentaba las pestañas en más de un 60% enseñaban a una Penélope Cruz con unas pestañas inacabables... pero postizas.

Pero, ¿son éstas las únicas pestañas postizas de nuestra publicidad?, ¿acaso no se dice de un producto que ayuda a acabar con el colesterol y se ve perfectamente cómo elimina el colesterol de una vena?, ¿acaso esas imágenes no son postizas?, ¿acaso otro producto, un polivitamínico, no dice que ayuda a adelgazar porque en su composición lleva té verde?, ¿algún científico lo avala?, ¿acaso no vemos cómo los productos de limpieza quitan la grasa sin ningún esfuerzo?, ¿acaso los coches no nos dan la felicidad?, ¿acaso no vemos a los juguetes realizar acrobacias irrealizables?,..., ¿para qué seguir? lo difícil, lo realmente difícil es no encontrar pestañas postizas en un anuncio. ¡Acabemos con todas las pestañas!

La solución adoptada es ridícula: unas letritas en la parte inferior que indican que las pestañas son inserciones. Claro que así también nos colocan préstamos a más del 20% de interés anual, suscripciones de servicios a un determinado precio (durante los tres primeros meses, aclara un texto microbiano que no se ve ni con microscopio electrónico y que pasa a una velocidad próxima a la de la luz), pilas que duran más que las otras (las de una tecnología prehistórica, aclara un texto lo más inadvertible que se puede), etc.

Definitivamente, es toda la publicidad la que precisa un buen repaso de pestañas... o poner antes un cartelito que advierta que todo es ficción, y cualquier parecido con la realidad, pura coincidencia.

Y mientras, el metro de Palma vuelve a inundarse, sin comentarios, en Barcelona rehacen un muro derruido para volver a derruirlo (y no es un trabalenguas), sin comentarios, en Irán no hay homosexuales, sin comentarios...

Y sigue la vida...

No hay comentarios: