Vaya, parece que a L'Oréal le han pillao con el carrito del helao. Al parecer, anunciando un producto que supuestamente aumentaba las pestañas en más de un 60% enseñaban a una Penélope Cruz con unas pestañas inacabables... pero postizas.

La solución adoptada es ridícula: unas letritas en la parte inferior que indican que las pestañas son inserciones. Claro que así también nos colocan préstamos a más del 20% de interés anual, suscripciones de servicios a un determinado precio (durante los tres primeros meses, aclara un texto microbiano que no se ve ni con microscopio electrónico y que pasa a una velocidad próxima a la de la luz), pilas que duran más que las otras (las de una tecnología prehistórica, aclara un texto lo más inadvertible que se puede), etc.
Definitivamente, es toda la publicidad la que precisa un buen repaso de pestañas... o poner antes un cartelito que advierta que todo es ficción, y cualquier parecido con la realidad, pura coincidencia.
Y mientras, el metro de Palma vuelve a inundarse, sin comentarios, en Barcelona rehacen un muro derruido para volver a derruirlo (y no es un trabalenguas), sin comentarios, en Irán no hay homosexuales, sin comentarios...
Y sigue la vida...
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