lunes, 26 de enero de 2009

Talón de Aquiles

De vez en cuando es conveniente revisitar los mitos griegos. Nos enseñan muchas cosas. Así, para hacer invulnerable a su hijo Aquiles, Tetis lo sumergió en las aguas del río Estigia. Pero por algún punto tenía que agarrarlo, así pues, lo sujetó por el talón, éste se quedó sin ser bañado por las prodigiosas aguas, por lo que quedó vulnerable. Éste es el origen del célebre talón de Aquiles, vulnerabilidad que afecta incluso a las mejores cosas.

Así tenemos la democracia: el mejor de los sistemas políticos (o por lo menos el menos malo, en famosa expresión de Winston Churchill), también éste tiene sus vulnerabilidades, sus puntos débiles.

¿Cómo si no podemos calificar al inefable Silvio Berlusconi?... es evidente que su elección ha sido impecablemente democrática, nada pues que reprochar desde este punto de vista... y sin embargo... qué impropias de la democracia son sus palabras, sus maneras y sus hechos, qué desprecio por el interés general el que manifiesta desde su gobierno, qué machismo rezuman sus palabras, según él, en Italia, para evitar las violaciones debería haber tantos soldados como chicas guapas... ¿cómo puede gobernar un tío así?

Pero es que, si pensamos, nos encontramos en España con un caso similar, ¿acaso no gobernó Jesús Gil un ayuntamiento desde la corrupción y el desprecio por la gente?

Y podemos seguir más dramáticamente, ¿acaso no accedió Hitler al poder democráticamente?...

Sin duda, son talones de Aquiles de la democracia, sus vulnerabilidades, sus puntos débiles, por ellos fue cogida la democracia al sumergirla en las fantásticas aguas del río Estigia.

¿Solución? sólo se me ocurren tres: educación, educación y educación... y aún así, no estoy seguro de acabar con este talón de Aquiles.

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