lunes, 2 de febrero de 2009

Ajuste inmobiliario

Existe bastante consenso en que el principal factor diferenciador de la crisis económica española con respecto a la que azota al mundo estriba en la fuerte dependencia de la economía española del sector de la construcción, del célebre ladrillo.

Ya vimos en el artículo Burbujas y lápices cómo el mecanismo económico de mercado había alejado el precio de las viviendas de la confluencia natural de oferta y demanda, es decir, cómo la especulación había hecho la vivienda un bien inaccesible para sus demandantes naturales, sólo los especuladores, alentados por la propia especulación y su escalada de precios, podían hacer frente a los precios.

Sólo veo una solución: que el precio de las viviendas retorne cuanto antes mejor a ese valor de confluencia entre oferta y demanda sin intervención de la especulación. Cuanto más se tarde en producir este ajuste, más doloroso será para la economía de todos. Claro que aquí se plantea un problema: ¿Cómo estimar este precio "lógico" de la vivienda? Difícil cuestión.

Pero podemos aportar varias aproximaciones:
  • Calcular la relación histórica entre el salario medio anual y el precio de la vivienda. El precio actual no debería andar muy lejos del histórico.
  • Aplicar al precio que tenía la vivienda hace años el IPC correspondiente a los años transcurridos. Debería, por lógica, ser parecido al anterior, descontando los incrementos de productividad.

Cuanto antes se produzca este ajuste, antes las parejas jóvenes podrán acceder a la vivienda, antes se reactivará la demanda, antes se ocuparán las viviendas ociosas que habían comprado los especuladores, antes se podrán empezar a construir nuevas viviendas, antes se podrá volver a la normalidad en el sector inmobiliario.

Cierto que esto es un ajuste económico, y como todos los ajustes económicos será doloroso para distintos sectores: los especuladores, que tendrán que asumir pérdidas, el sector bancario, que tendrá que asumir una mayor morosidad (ambos son culpables de la situación en que nos encontramos), los que, por efecto de la crisis mundial, deban vender su vivienda (éstos son inocentes totalmente de la crisis, a ellos deberían ir dirigidas las ayudas estatales)

¿Hay que dejar que sea el mercado el que haga este ajuste largo y doloroso?, ¿es preferible que los gobiernos "ayuden" al mercado"?, o bien, ¿hay que regular el precio de la vivienda?

Por otra parte, me ratifico en la necesidad de un mayor control hipotecario: prohibición de hipotecas a tipo variable para particulares y necesidad de que el estado intervenga, mediante una banca pública orientada a intereses generales, en el mercado hipotecario.

... cosas veremos...

No hay comentarios: