Ayer fui a ver la película "Gomorra", basada en la novela de Roberto Saviano por la que éste está amenazado de muerte por la camorra napolitana. La película me decepcionó tanto desde el punto de vista cinematográfico como desde el de lo que se cuenta. Pero no quería hablar de ello, quería observar que modernamente la duración de las películas de cine se está normalizando en más de dos horas. Películas larguísimas que te hacen remover continuamente en el asiento de tu butaca.
No, en la época dorada del cine, la duración normal de las películas era de noventa minutos. Claro que había excepciones, "Lo que el viento se llevó", por ejemplo, pero eran excepciones generalmente justificadas, y recordemos que ya con esa película circulaba el chiste aquél de lo que el viento se llevó y lo que el culo aguantó.
En fin, que un director que no sepa contar una historia normal en noventa minutos es un incompetente. Es más, se debería obligar a todos los directores a rodar dos películas mudas antes de hacer un largometraje normal. Del cine mudo bebieron la mayoría de los grandes directores.
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