lunes, 5 de enero de 2009

Rashomon

Ayer, por fin, pude visionar una de esas películas míticas que, por una u otra razón, no había podido ver hasta ahora: "Rashomon" de Akira Kurosawa.

- ¡No entiendo nada! - repite una y otra vez el personaje protagonista mientras la lluvia lo empapa todo, pero ¿hay algo que entender?

Unos hechos, cuatro puntos de vista, cuatro historias distintas... ¿cuál es la verdadera?, pero ¿acaso no es éso la vida? ¿acaso no conocemos la realidad partiendo de distintos puntos de vista que nos describen partes, fragmentos de realidad? ¿acaso, como dice el sacerdote, el mundo es un asco y todo una pura mentira?... pero bien puede ser que nadie mienta, que todos estén contando su verdad... verdad, mentira, dos caras de una misma moneda.

Volvemos al relativismo, a Protágoras, al hombre como medida de todas las cosas. No hay verdades absolutas, sólo puntos de vista a través de los cuales podemos atisbar, nunca ver con claridad, un fragmento de realidad.

Ya lo había dicho Campoamor:

En este mundo traidor,
nada es verdad, nada es mentira,
todo es según el color
del cristal con que se mira.

Sólo que no hace falta ningún cristal, nosotros mismos somos el cristal, y mientras... sigue la lluvia en Rashomon...

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