Me encanta la obra del escritor argentino Jorge Luis Borges. Su mundo de bibliotecas que continen todos los libros pasados, presentes y futuros, sus Pièrre Mènard que reescriben el Quijote sin conocerlo, sus Funes, memoriosos que no pueden escapar a sus infinitos recuerdos, sus jardines de sendas que se bifurcan... sus jugadores de ajedrez:
Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.
No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.
También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y blancos días.
Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonías?
Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada

reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.
No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.
También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y blancos días.
Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonías?
Y me encanta la borgiana historia del poema de Borges que no es de Borges, y me encanta lo que dice el poema, quizá no su calidad literaria, pero sí el contenido, y si no es de Borges... se non è vero è ben trovato (si no es verdad, bienhallado):
Momentos
Si pudiera vivir nuevamente mi vida. En la próxima
trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más. Sería más
tonto de lo que he sido, de hecho tomaría muy pocas cosas
con seriedad. Sería menos higiénico.
Correría más riesgos, haría más viajes, contemplaría más
atardeceres, subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares adonde nunca he ido, comería más
helados y menos habas, tendría más problemas reales
y menos imaginarios.
Yo fui una de esas personas que vivió sensata y
prolíficamente cada minuto de su vida; claro que tuve
momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría de tener solamente
buenos momentos.
Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, sólo de
momentos; no te pierdas el ahora.
Yo era uno de esos que nunca iban a ninguna parte sin un
termómetro, una bolsa de agua caliente, un paraguas y un
paracaídas; si pudiera volver a vivir viajaría más liviano.
Si pudiera volver a vivir comenzaría a andar descalzo a
principios de la primavera y seguiría así hasta concluir el
otoño.
Daría más vueltas en calesita, contemplaría más
amaneceres y jugaría con más niños, si tuviera otra vez la
vida por delante.
Pero ya ven, tengo 85 años y sé que me estoy muriendo.
Me encanta la obra de Borges... sobre su vida, corramos un tupido velo, a veces los genios son así, borgianos.
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