viernes, 7 de noviembre de 2008

El reto energético


Para mí, una vez afrontada la actual crisis económica, el mayor reto que tiene ante sí la humanidad es proveerse de nuevas fuentes de energía más limpias y eficientes. Se debe terminar con el uso y el abuso del petróleo y de las otras fuentes sucias: carbón, gas, incluso la energía nuclear. Espero que Obama, que ya ha hablado bastante de ello en sus debates con McCain, afronte con ilusión este reto y se lo proponga como gran objetivo tal como hizo Kennedy con la llegada del hombre a la luna.


En última instancia, prácticamente toda la energía empleada por la humanidad viene del sol: las plantas son capaces de almacenar dicha energía generando biomasa, que después es empleada por animales y por el hombre, la energía del sol almacenada por animales y plantas es la que da origen al petróleo, al carbón y al gas, del sol viene el uranio (polvo de estrellas) que se emplea para la energía nuclear, el sol genera las mareas (cierto que en ellas influye también la luna) y las olas, y así con todas las fuentes de energía.


Al sol debemos pues mirar. La energía eólica y todas las renovables tienen un gran problema: no están siempre disponibles y son difíciles de almacenar, ¿qué hacemos por la noche, cuando no brilla el sol?, ¿o cuando no sopla el viento?... debemos encontrar pues una forma eficiente de almacenar la energía.


El hidrógeno ofrece esperanzas: es un elemento presente en el agua (incluída el agua de mar), abundante pues. Hace falta energía para separar el hidrógeno del oxígeno, naturalmente, pero para ello tenemos a nuestro querido sol, es posible pues obtener hidrógeno. Hay problemas: el hidrógeno es un gas, y por tanto difícil de almacenar y de transportar, aunque poco a poco se van encontrando soluciones; y una vez tenemos hidrógeno es relativamente fácil combinarlo con oxígeno (otro elemento abundante) obteniendo energía y un único residuo: agua, nuestra amada agua.


Naturalmente que todo no es tan sencillo, que existen múltiples problemas, pero tampoco era sencillo viajar a la luna, aún ahora, casi cuarenta años después, parece increíble que el hombre haya puesto sus pies en nuestro satélite, y como el viaje a la luna, una economía de hidrógeno tampoco parece imposible. Dirijamos a ella nuestros esfuerzos, si, al final, no nos sale, seguro que encontraremos otra alternativa. Los esfuerzos no serán en vano, muchos de los inventos de que ahora disfrutamos vinieron del enorme esfuerzo realizado para alcanzar la luna.


...Ah, y prescindamos del coche, esa forma de transporte tan sucia, ineficiente, antieconómica y bárbara de que nos hemos dotado.

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