
Ya lo he dicho, pero lo repito: que se lea un delicioso libro escrito por Mary Shelley en 1.818, Frankenstein o el moderno Prometeo.
Un cromosoma creado por el hombre puede llevarnos a la salvación o a la catástrofe, al cielo o a la autoeliminación, al paraíso o al infierno... cautela pues.
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