Ante todo, perdón por las ausencias de este blog. Razones personales las justifican.
Hablemos del supremo Dios de nuestros días: el beneficio. Bueno... el tema no es tan nuevo, sólo se ha agudizado, leamos lo que escribió Stendhal en Rojo y Negro:
"Me gusta la sombra...; me gusta la sombra y mando recortar mis árboles para que den sombra. No concibo que un árbol tenga otra misión, sobre todo cuando no es útil como el nogal y no produce beneficio alguno.
He aquí la gran frase; la que decide todo en Verrières; PRODUCIR BENEFICIO. Ella sola es la expresión del pensamiento habitual de más de las tres cuartas partes de sus habitantes.
Producir beneficio es la razón que impera en este pueblo que tan bonito les parecía. El forastero que aquí llega seducido por la belleza de los frescos y profundos valles que lo rodean, se imagina sin duda que sus habitantes son sensibles a lo bello; hablan demasiado de la belleza de su región; no se puede negar que se preocupan por ella; pero lo hacen solamente porque atrae a algunos extranjeros cuyo dinero enriquece a los dueños de las posadas, lo que, gracias a los impuestos, produce beneficios a la ciudad."

En efecto, desde inicio del s.XIX a inicios del XXI sólo dos cosas han cambiado: ahora no son sólo tres cuartas partes de la gente las que se preocupan del beneficio, sino la totalidad, la sensibilidad a lo bello, lo artístico, lo sublime brilla por su ausencia... si no produce beneficio. Y además, ahora sabemos que somos capaces de destruir lo bello que produce beneficio para... más beneficio.
Signo de los tiempos... seguiremos reflexionando.