viernes, 31 de agosto de 2007

Literatura debe ser libertad

Ayer tuve que hacer unas pequeñas compras en unos conocidos grandes almacenes. Fisgando un poco por ellos llegué a la última planta, donde tienen las oportunidades. Había allí una gran exposición de libros de texto. Me recordó lo mal que lo pasaba de niño en estos últimos días de agosto, cuando ya todo huele al retorno a las clases. También me recordó la ínfima calidad que tenían los libros de texto de mi época, supongo que debe seguir igual. Al fin y al cabo es un negocio, y ya se sabe, los niños no son muy exigentes con los libros de texto.


Pero llegué a una estantería curiosa, en ella estaban expuestas varias obras de literatura, recuerdo ahora La colmena, La Regenta, La Celestina, Rimas y Leyendas de Bécquer, y había algunos más parecidos. Supuse que serían los libros de lectura obligatoria en las escuelas.


Varias consideraciones:


  • ¿Por qué son todos libros de autores nacionales?, recuerdo que yo tuve incontables clases de literatura española, pero ninguna de literatura universal, ¿acaso Shakespeare, Balzac, Dostoievski, Dickens, Stevenson, etc. no tienen ninguna importancia?, ¿Por qué esta separación?, ¿acaso la literatura no es literatura venga de donde venga?

  • ¿Todavía sigue la aberrante costumbre de las lecturas obligatorias? Recuerdo que me hicieron leer el Quijote con trece o catorce años, se me indigestó, y de hecho tardé mucho más de lo que debía en cogerle el gusto a esa obra maestra indiscutible, pero a la edad que corresponde. Me parece que La Regenta para un chico no es la lectura que yo le recomendaría para iniciarle en la literatura.

  • ¿Por qué no había ninguna obra de Julio Verne, Emilio Salgari, Mark Twain, R.L. Stevenson, etc.? Obras que han despertado en tantos y tantos jóvenes la pasión por la lectura y les han llevado de ahí al infinito de las profundidades literarias.

  • ¿Por qué tiene que haber una lectura obligada?, ¿por qué no dejar que el niño o adolescente elija entre un listado de, pongamos 500 libros (por poner un número)?, un curso excelente podría consistir en dar las directrices para que el chaval pudiera elegir entre tantas obras con conocimiento de causa, y seguro que así sacaría provecho de la cultura.

Ya lo dije en el artículo sobre la vía regia al aprendizaje, es imprescindible un cambio radical en la educación; una educación que interese al niño, que le eduque para la libertad y con libertad (regulada, naturalmente), que le apasione, que tenga en cuenta las nuevas tecnologías, etc.


Abundando en el tema de la educación, debo confesar que ayer quedé estupefacto, anonadado, conmocionado, en estado prácticamente de shock. Me habían quitado El ojo público del ciudadano de su franja horaria y lo habían pasado a las 12:30 de la noche (¿censura?, ¿share?, ¿gusto por el insomnio?, en fin), así pues, rondando por los distintos canales recalé en un programa de Antena 3 titulado "¿Sabes más que un niño de primaria?"


Bien, el programa estaba presentado por el simpático de Ramón García, y consiste en hacer preguntas de primaria a un grupo de alumnos y a una persona mayor para ver quién sale más airosa del trance. Bueno... no era gran cosa pero era de lo poco que se podía ver. Era sospechoso que los niños (algo repipís, todo hay que decirlo) acertaban prácticamente todas las preguntas, pero bueno, pensé que la educación había mejorado desde mi época. Se sabían perfectamente el número de escaños del parlamento español, quién fue el autor de la versión más conocida de La Cenicienta, de dónde son los Pacenses y preguntas de esta índole, bien...


Pero, y ahí llega mi conmoción, Ramón García anuncia una pregunta de anatomía de primero. Sale la pregunta en pantalla y leo: la pera..., horror, empecé a pensar en dónde estaba la dichosa pera. Si hubiera sido la nuez habría sido fácil, pero la pera... quizá en la anatomía femenina, pensé. Pero seguí leyendo y la pregunta entera que aparecía en pantalla era: La pera es una fruta de... y Ramón García aclaró: "hay que indicar de qué estación es la pera". Rápidamente acudí al diccionario de la Real Academia Española, ¿habrían cambiado la definición de anatomía?, pero no, me encontré con lo siguiente:


1. f. Estudio de la estructura, situación y relaciones de las diferentes partes del cuerpo de los animales o de las plantas.
2. f. Biol. Disección o separación artificiosa de las partes del cuerpo de un animal o de una planta.
3. f. Esc. y Pint. Disposición, tamaño, forma y sitio de los miembros externos que componen el cuerpo humano o el de los animales.
4. f. p. us. Análisis, examen minucioso de algo.
5. f. p. us. Esqueleto, y, por ext., persona flaca.


Vaya, la definición es algo más amplia de lo que me esperaba, pero que saber la estación en la que maduran las peras sea un tema de anatomía está bastante más allá de esta definición. Será una pregunta de naturales, de biología, de botánica,... pero, ¿de anatomía?.


Bueno, la concursante indica que de verano, pero Ramón García le hace algunas ironías, miran la contestación de una de las niñas y pone invierno. Ramón le pide a la concursante si no tiene una respuesta mejor, ¿primavera? contesta la concursante tímidamente.


A estas alturas yo ya estaba alucinado. Mi padre acababa de recoger dos bolsas de peras de unos perales que tengo en Esporles (era 30 de Agosto en el hemisferio norte, verano pues). Que yo no sepa cuándo maduran las peras no me importa mucho, reconozco que hay muchísimos frutos que no sé cuándo maduran, pero que no lo sepan mis perales es algo que me mosquea bastante más. Por otra parte, en los supermercados se ven estos días muchas peras, pero bueno, cierto es que hay invernaderos.


Se descubren las respuestas de los otros niños (unos cinco) y todos han contestado unánimemente (y sin copiarse) invierno. Ramón anuncia la respuesta correcta y ésta es ¡cómo no! Invierno.


Aquí ya estoy al borde del shock, acudo a internet y me instruyo sobre anatomía, peras y perales. Veamos cuándo se efectúa la recolección de las peras en sus distintas variedades:



  • Blanquilla: recolección agosto-septiembre, también se llama Blanca de Aranjuez y pera de agua.

  • Ercolini: recolección temprana junio-septiembre.

  • Limonera:: julio-agosto

  • Buen Cristiano William's: agosto-septiembre.

  • Conferencia: agosto-octubre.

  • Buena Luisa de Arranches: septiembre-octubre.

  • Decana de los Comicios: octubre.

  • Bartlett: julio-agosto, variante Red Bartlett de color rojizo.

  • Passacressana: diciembre.

  • De Roma: octubre.

Vaya, hay una variedad de invierno, el resto o son de verano o de otoño, ¿seguro?, ¿no habré cogido una página argentina?, esto induciría a error, pero no, parece que el autor de la página es de Cádiz. Claro que a estas alturas de la película yo ya no estoy seguro de nada. Consulto otras páginas con el mismo resultado.


Querida concursante, de todas formas, y dudando de todo, yo impugnaría el concurso, al fin y al cabo se está jugando sus cuartos. Y como conclusión, qué bajo es el nivel de la televisión, hasta en un concurso que debería contar con asesores, con equipo pedagógico, etc. meten la pata hasta el... Por no hablar de la mentira que se destapa de que los niños respondan correctamente todas las preguntas, claro, les habrán chivado las respuestas antes, como la de las peras...


En fin, lo que hay que ver. Doy fe de la absoluta veracidad de lo contado, sé que es increíble, pero cierto.

jueves, 30 de agosto de 2007

Síndrome de la hoja en blanco

Aquí me tenéis, ante un recuadro que me coloca google completamente en blanco. Algo habrá que hacer con él. Hoy Bush no ha tenido la delicadeza de deleitarnos con ninguna perla. No hay, tampoco, ninguna noticia que me haya impresionado excesivamente. Ningún estudio de una Universidad Americana, de los que tanto abundan, que descubra que el hombre teme a la muerte. En fin, que estoy con el síndrome de la hoja en blanco. Así que, como Rafael, no tengo mucho que decir. Cambiaré pues mi identidad.

Aquí XLIZ759, explorador espacial en el planeta llamado tierra. Ayer se produjeron en el país llamado España dos acontecimientos extraordinarios. Tendré que realizar una investigación exhaustiva sobre ellos.

Dos grandes personajes fallecieron. Dos personas a los que los noticiarios dedicaron prácticamente todo su tiempo. Unos programas vespertinos que se dedican en exclusiva a los grandes personajes también estuvieron colapsados y conmocionados por los fallecimientos.


Uno era una gran persona. Consiguió que facciones enfrentadas de una ciudad se abrazaran y entonaran juntos cánticos de gloria, de honda significación popular, del tipo: "Puerta, amigo, Sevilla está contigo" y "Sevillista seré hasta la muerte" (tengo que profundizar todavía en los matices de estas grandes expresiones, pues no sé porqué, creo que se me escapa algo de su filosofía profunda).

Parece ser que su profesión era de una alta utilidad social. Se trata de mover con el pie un objeto esférico e introducirlo en una red sujeta con tres palos. Todavía no he penetrado en todas las sutilezas de esta profesión, pero puedo aseguraros que es de gran reconocimiento y está espléndidamente remunerada. Sus practicantes son lo que más podríamos asimilar a los dioses que hemos descubierto en la antigüedad del planeta.

De todas formas, hay algo que todavía no comprendo. Gente joven muere cada día en el planeta, gente esperando un hijo también, hay guerras, hambre, destrucción, catástrofes naturales y no naturales,... y sin embargo, tanta importancia dada a una sola muerte me sigue extrañando.

Otra cosa extraña, en nuestro planeta los fallecimientos son recibidos con silencio, respeto y tristeza, aquí se grita, se aplaude, se entonan cánticos guerreros... no lo acabo de entender.

El segundo acontecimiento es algo todavía más enigmático: se trata del fallecimiento de una persona que no sé a qué se dedicaba. Parece que era hermana de un delincuente que está en prisión. Estoy desorientado. Este tema debe ser objeto de una investigación ardua. Procuraré enviaros los resultados.


Seguiré investigando... extraño planeta éste...


PD. Nunca volveré a traducir sulfuro de dióxido: se dice dióxido de azufre, perdón

miércoles, 29 de agosto de 2007

¡He venido a hablar de mi libro!

"¡He venido aquí a hablar de mi libro!"

La voz grave, imponente, soberbia de Francisco Umbral se impuso en televisión, ante una Mercedes Milá que acabaría, años después, en Gran Hermano (el nombre es un insulto para Orwell) y otras bazofias semejantes. ¡Yo he venido aquí a hablar de mi libro!, tronaba e insistía con la lucidez y la verdad que puede dar un poco de alcohol en las venas.
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Con él deberíamos gritar todos: ¡queremos hablar y oír hablar de libros, de cultura, de ciencia, de filosofía, de saber, de naturaleza, de..., de tantas y tantas cosas!, y de lo que no queremos hablar ni oír hablar es de lo que precisamente se habla y se oye hablar en una televisión absurda, degradada, paupérrima, ridícula, patética..., es decir, de cotilleos, rumores imbéciles, estupideces sangrantes, banalidad envanecida, obscenidad manifiesta, anticultura basura, etc.
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La televisión, que podría ser un magnífico instrumento para elevar la cultura general, para educar a la ciudadanía, para, en definitiva, hacernos mejores, se ha convertido en el máximo exponente de una sociedad enferma, bañada en sus propios detritus y su propia porquería. En aras al dios mercado, a la audiencia, al share... se ha convertido en lo que todos conocemos: un centro de cotilleos difícilmente superable, un escaparate para el más insano morbo, un debate culturalmente idiotizado, ... y no hablemos de televisión para niños... pues eso daría para un libro.
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Por eso, y recordando a Umbral gritemos: ¡Queremos hablar de libros, de nuestros queridos libros!
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Pasando a otro tema: atención a la crisis económica en ciernes, que puede materializarse o no, ayer la bolsa bajó otro 2% en Nueva York. Como economista me llama la atención la simplicidad de las recetas para solucionarla, centradas en el monetarismo, con Milton Friedman como máximo exponente: todo se reduce a inyectar o reducir liquidez en el sistema. Pero no es sólo en economía, también en psicología triunfa el conductismo, con Skinner como exponente más conocido: todo se reduce a estímulos y respuestas. Parece como si al hombre le gustara conducir coches con sólo dos pedales, un acelerador y un freno, más y menos... ¿no os parece que la economía, la psicología, el hombre, la vida es algo más complicado?

martes, 28 de agosto de 2007

De nuevo China y el desarrollo

Imprescindible el siguiente artículo aparecido ayer en el New York Times: As China Roars, Pollution Reaches Deadly Extremes, es decir, que mientras China ruge, la polución alcanza extremos mortales.
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Ningún país en la historia, dice, ha emergido como potencia industrial sin dejar un legado de daño medioambiental que puede tardarse décadas en recuperar, pero, debido a la rapidez y a la escala del progreso chino, éste no tiene paralelo en la historia, así su problema de polución ha hecho polvo todos los precedentes.

Así se resiente la salud pública, se causan miles de muertos cada año y cerca de 500 millones de personas carecen de acceso a agua completamente potable. Así las ciudades chinas parecen a menudo envueltas en un tóxico sudario gris. La situación medioambiental puede ser considerada catastrófica: ciudades industriales que raramente ven el sol, niños muertos o enfermos por envenenamiento por plomo u otros contaminantes, costas empantanadas por mareas rojas de algas que impiden el desarrollo de la vida marina.

Así, sigue el artículo, se ahoga China en su propio éxito. La economía alcanza un crecimiento histórico, con una sucesión de años con porcentajes de crecimiento superiores al 10%, pero ello a costa de unos colosales consumos de energía, especialmente carbón, altamente contaminante.

Pero, insisten, el problema Chino ha pasado a ser un problema mundial. El sulfuro de dióxido y el nitrógeno producidos en China provocan lluvias ácidas en Seul y Tokio, e incluso gran cantidad de la contaminación de Los Ángeles proviene de China. De hecho, los expertos que creían que China sobrepasaría a Estados Unidos como mayor generador de gases de efecto invernadero hacia 2.010, se han visto desbordados, y lo será a finales de este año.

El partido comunista está desbordado, al tiempo que da prosperidad a sus ciudadanos, provoca malestar. Han intentado rehacer los cálculos económicos introduciendo los costes medioambientales, pero han tenido que renunciar a dicha medida debido a que los crecimientos, en este caso, pasaban a ser negativos, provocando desánimos.

Bueno, hasta aquí una breve reseña, traducida libremente, del artículo del New York Times cuya lectura íntegra recomiento. Mis conclusiones: efectivamente el problema es un reto mundial, pero no en el sentido indicado, sino en el sentido de replantear el crecimiento económico mundial.

Hora es ya de que mis colegas, los economistas, introduzcan todos los costes reales en sus estudios, y se replanteen un modo de vida absolutamente demencial: nuestro modo de vida occidental.

Hay que volver a los filósofos griegos, a poner al hombre como medida de todas las cosas, a predicar la moderación, la maldad de todos los excesos, predicar la relatividad de todo, bendito Protágoras. A considerar a los más de 3.000 millones de personas que viven al margen del progreso como tan dignos y respetables como al resto.

Porque hablamos de China, pero ¿y la India?, ¿y el Oriente Medio?, ¿y América Latina?, ¿y, sobre todo, África?, ¿acaso sus habitantes no tienen derecho a una vida digna y respetable?

Tenemos tecnología, sólo hace falta emplearla con inteligencia, olvidando nuestro egoísmo y siendo generosos, reformar la economía, una economía que no sirve en la situación actual, profundizando en la filosofía (la búsqueda del saber), ...

Creo que podemos... aunque los periódicos nos lo desmientan cada día con noticias de Irak, de Afganistán, de África, de... Podemos, seguro, a pesar de todo...

Seguiremos reflexionando...

lunes, 27 de agosto de 2007

Elogio de la duda

La duda es la fuente de la tolerancia. La tolerancia es la fuente de la convivencia. La convivencia es la fuente de la democracia. La duda es la fuente del progreso, la fuente de la innovación. Nada más peligroso que alguien que esté seguro de algo: ¿cuántos salvapatrias seguros de sí mismos no han terminado como sangrientos dictadores y tiranos?, ¿cuántos muertos no ha habido en la historia por la seguridad en un dios?
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Y sin embargo, el hombre se empeña en tener certezas, en aferrarse a verdades sólidas, ¿para qué, si todas han acabado cayendo? La tierra era plana, nada más pesado que el aire podía volar, Dios hizo el mundo en siete días,... ¡Cuánta gente segura de hablar con Dios!... especialmente en los desiertos, pero también en otras partes... y, ¿qué han conseguido? sangre, muerte y destrucción.


Y, ¡cómo los seguros de sí mismos distorsionan las cosas!, cómo de las palabras de aquel que dijo: amaos los unos a los otros, sus seguidores llegaron a la inquisición, cómo se pasó de la yihad del Corán a la yihad de los terroristas. Todo gentes seguras, absolutamente seguras y sin atisbo de duda.


¡Ay si Copérnico no hubiera dudado de que la tierra era el centro del universo, ay si no se hubiera dudado de que la tierra era plana, ay si no se hubiera dudado de las palabras de viejos sabios..., de viejos oráculos..., de viejas ideas... Hay que dudar de todo, hasta de la propia existencia. Por eso me cae tan simpática esa corriente filosófica empírica que naciendo de Berkeley, pasa por Locke y desemboca en Hume, y que más o menos viene a decir que no podemos estar seguros de nada. ¿Podemos estar seguros de que nos quemamos? acaso sólo sea una impresión colocada en nuestra mente por Dios, ¿podemos estar seguros de que existimos? acaso sólo seamos un sueño de un dios borracho, ¿podemos estar seguros de Dios? acaso sólo sea el sueño de un hombre loco, ¿podemos estar seguros de que existen los demás?...


En efecto, una de las preguntas que más me irritan es: ¿estás seguro? mi respuesta suele ser: en la vida, no estoy seguro de nada. Lo cual no quiere decir que no podamos tener opiniones y obrar con firmeza, sí, pero siempre concediendo resquicios a la duda y a la tolerancia... en caso contrario... los seguros de todo acabarán con el mundo.


Así pues... reflexionemos y dudemos.

domingo, 26 de agosto de 2007

La vida

Hoy estoy filosófico. Así pues, una buena pregunta sería: ¿Qué es la vida? Bueno, leamos primero lo que escribió Shakespeare en Macbeth:
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La vida no es más que una sombra que pasa, un pobre cómico que se pavonea y agita una hora sobre la escena y después no se le oye más, un cuento narrado por un idiota, con gran aparato, y que nada significa.
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Tres definiciones soberbias acerca de la futilidad de la vida. Veamos ahora cómo la define Calderón en La vida es sueño:
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¿Qué es la vida? un frenesí, ¿qué es la vida? una ilusión, una sombra, una ficción, pues todo bien es pequeño, que todo en la vida es sueño, y los sueños, sueños son.
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La vida como sueño, como ficción. Pero mejor terminemos con ésta de Kavafis, mucho más optimista, de su poema Ítaca:
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Pide que tu camino sea largo.
Que numerosas sean las mañanas de verano
en que con placer, felizmente
arribes a bahías nunca vistas.
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¿Con cuál os quedáis?

sábado, 25 de agosto de 2007

De piedras y cántaros


En el Talmud, libro sagrado de los judíos, encontramos la siguiente maravilla:


Si la piedra cae sobre el cántaro,

lástima por el cántaro.

Si el cántaro cae sobre la piedra,

lástima por el cántaro.

¡Siempre lástima por el cántaro!


¿Quiénes son los cántaros y quiénes las piedras? Quizá los que ya decía Machado: Los cántaros son las gentes que danzan y juegan, cuando pueden, y laboran sus cuatro palmos de tierra, los que cuando caminan cabalgan a lomos de mula vieja, y no conocen la prisa ni aún en los días de fiesta. Son buenas gentes que viven, laboran, pasan y sueñan y que, un día como tantos, descansan bajo la tierra. Las piedras son esos pedantones al paño que miran, callan y piensan que saben porque no beben el vino de las tabernas, ... mala gente que camina y va apestando la tierra.


Cántaros: los pobres, los oprimidos, los hambrientos, los esclavizados,... la mayoría.

Piedras:... aquí podría poner nombres, pero se los dejo a la inteligencia del lector.


Y una noticia: ¿Creía en Dios Teresa de Calcuta? En esta pregunta va, a mi juicio , resumida la grandeza del personaje. Creo firmemente que en la duda está la esencia del hombre, la fuente de la tolerancia y el respeto mutuo. Y, a pesar de la duda (o gracias a ella) hizo lo que debía hacer... !chapeau!


Aunque, quizás yo sea tan partidario de la duda porque yo mismo soy una duda con patas.

viernes, 24 de agosto de 2007

... pero puede apuntar en dos direcciones


El nunca bien ponderado Isaac Asimov tiene una frase en su extraordinaria Fundación, que pone en boca de uno de sus grandes personajes: "La pistola atómica es un buen arma, pero puede apuntar en dos direcciones". ¡Qué gran verdad!, ¡cómo la historia ratifica estas palabras del futuro!


Veamos:


O, ¿hacemos ficción futurista?



  • ¿De dónde habrá sacado la futura nueva república islámica de Pakistán sus armas?, ¿acaso no se las habrán proporcionado los EE.UU. a su amigo Musharraf?

  • ¿Y los radicales saudíes, de dónde habrán sacado sus armas?...

Los ejemplos son claros. Pero en este tema culpar sólo a EE.UU. es de necios. ¿Acaso la URSS no llenó el mundo de armas?, ¿Rusia no sigue haciendo lo mismo?, ¿y España?, ¿y Francia, y el Reino Unido, y...? No, ahí el que esté libre de pecado que tire la primera piedra (mejor que no la tire, porque hasta la piedra puede volver).


Definitivamente, las armas son muy buenas para matar, pero cuidado, nunca se sabe a quién acabarán matando.


... seguiremos reflexionando.

jueves, 23 de agosto de 2007

El capitalismo no existe


Una vez más, queridos amigos, el título dice lo que quiere decir. Efectivamente, el capitalismo no existe, de hecho ha existido en muy pocas ocasiones en la historia (a lo mejor en los mercados medievales), y el comunismo perduró mucho más que él. Una vez asentado que el liberalismo no existe, vamos a por la inexistencia del capitalismo.


Tal como apunta un querido anónimo, el regateo es la base del capitalismo. En efecto, Adam Smith, en su ensayo sobre la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones describió el capitalismo basado en la libre competencia. ¿Qué supone ésto? En primer lugar, que deben existir múltiples compradores y vendedores en un mercado libre y que ninguno de ellos debe poder manipular el precio, en segundo lugar, que el producto sea homogéneo, en tercer lugar que todos dispongan de información perfecta para poder tomar sus decisiones, en cuarto lugar que todos puedan movilizar los recursos de que dispongan a los fines que sean más rentables y, por último, que exista libertad de entrada y salida al mercado y de acceso a la tecnología. ¿Dónde se dan estas circunstancias? No, de hecho, el capitalismo ni siquiera nació. Y es basado en estas premisas que Adam Smith concluyó su célebre teoría de que era el egoísmo individual el que a través de la mano invisible del mercado proporcionaba el mayor interés general. Pero basados en premisas inexistentes, las conclusiones son altamente discutibles.


De hecho, en el mercado real, nos encontramos con situaciones oligopolísticas o cuasi monopolísticas, en las cuales unos pocos manipulan los precios y no ha lugar al regateo que conduciría a un mercado auténticamente capitalista. Así pues, como ya previó con clarividencia Schumpeter, el capitalismo murió de su propio éxito, porque siempre tiende al monopolio. Lo que no vio el genial economista austriaco es que el capitalismo no estaba muriendo en su tiempo, sino que ya había nacido muerto. Mucho más muerto que el marxismo.


Así pues, con lo que nos encontramos en la realidad es con una situación de monopolio o cuasi monopolio, en la cual las empresas nos fijan el precio, sin lugar alguno para la fijación de las célebres curvas de oferta y demanda de Adam Smith. En efecto, ¿qué consumidor puede plantearse una curva? No, lo único que puede hacer es tomar o dejar lo que se le ofrece, tal como acertadamente indica el comentarista, al que creo conocer. Saludos.


Sería pues genial tu idea del regateo en el hipermercado: quiero pagar tanto por el carrito, lo tomas o lo dejas. Problemas:


  • Si sólo lo hiciera un consumidor conduciría a hilaridad, puesto que su poder frente al hipermercado es quijotesco. Haría pues falta un acuerdo entre consumidores para hacer frente a la situación oligopolística.

  • Se pondría en un brete a la cajera del supermercado, y la pobre no tiene culpa de nada.

En fin, querido amigo, que si quieres hacer una asociación de consumidores para regatear con las empresas y restituir, en la medida de lo posible, cuentas con mi apoyo y con este foro. Sería curioso eso de negociar en igualdad de condiciones con un hipermercado.


Para terminar una noticia: Bush compara la guerra de Irak con la II guerra mundial. Como dijo Einstein: "Sólo el Universo y la Estupidez Humana son infinitos, y de lo primero no estoy seguro...". Pero es que en el caso de Bush, confeso creacionista, es donde más patentemente se demuestra que, contrariamente a ciertas teorías evolucionistas, la evolución sí da marchas atrás y regresiones. Su inteligencia no alcanza la de un reptil.


Y ante dos noticias de penas de muerte (1 y 2) recordar la frase del filósofo y emperador Marco Aurelio: "La mejor manera de defenderse de ellos es no parecerse a ellos." ¿Acaso no nos parecemos nosotros a los asesinos cuando les matamos "a sangre fría" (Truman Capote dixit).


En fin... cosas veredes...

miércoles, 22 de agosto de 2007

Libertad y esclavitud

Dos temas interesantes surgieron ayer a raíz de los comentarios de dos queridos anónimos a mi artículo de Homenaje a África. Vamos a por el primero de ellos. ¿Qué nos esclaviza a nosotros? todos podríamos hacer nuestra lista de cosas que nos esclavizan, os invito a ello. Apunto la mía, probablemente incompleta y desordenada. Ahí va:


Bueno, espero vuestros esclavistas. Mañana ya hablaremos acerca del interesante asunto del regateo como base del capitalismo (Adam Smith estaría contento con la idea).


Y ahora dos noticias ineresantes: una entrevista a Jimmy Carter, lucidez a los 83 años, y el metro de Palma inundado tras una llovizna... Pepe Gotera y Otilio, chapuzas a domicilio.


... Seguiremos reflexionando.

martes, 21 de agosto de 2007

Homenaje a África

HOMENAJE A ÁFRICA

Ha muerto un niño de cuatro años. El hijo de un amigo, en África. No se conocen las causas. A él va dedicado este artículo. Seguro que podrá disfrutar de un paraíso que no encontró en África.

África es nuestra cuna. Hace millones de años, un simio, un animal por el que nadie hubiera apostado en la lucha por la supervivencia experimentó una serie de cambios. No era un animal veloz, no era grande, no era fuerte, no estaba armado. ¿De dónde sacaría recursos para poder sobrevivir? En primer lugar se elevó sobre sus patas traseras, liberando sus manos para poder manipular los elementos que la naturaleza le proporcionaba. Su cerebro empezó a crecer. Desarrolló relaciones, ideas, pensamientos... utilizó herramientas e ideó unos sonidos, en principio guturales para poder comunicarse. En África empezó todo. Kubrick nos lo describe metafórica y maravillosamente en esa obra maestra titulada 2.001 Odisea en el Espacio.

Continente maravilloso, África. Naturaleza salvaje. Selvas y desiertos inconmensurables. Puestas de sol como no se ven en ningún otro lugar. Incluso la civilización nació en África, en las fértiles riberas del Nilo. Y Salomón admiraba a la Reina de Saba.

Pero pronto la historia se olvidó de África. El centro de la civilización se desplazó a Grecia y Roma. Cartago fue derrotada. África quedó arrinconada, allí, en el Sur de Europa. Reservorio de esclavos. Esclavitud, esa mancha negra en la historia de la humanidad, auténtico pecado original que algún día Occidente tendrá que expiar. Aberración histórica desde todos los puntos de vista. Nada más. Las corrientes de la historia se olvidan de África a partir de entonces. Se descubre América, y África sólo sirve para proporcionar mano de obra esclava. Países enteros, como Cuba, Brasil, Colombia, el Sur de EE.UU. se pueblan de africanos. Pero África en sí queda olvidada.

Y llega el siglo XIX, el del colonialismo, padre y madre de la mayor parte de los males que sufrimos hoy en día. Y África sale algo del olvido, pero no para bien, sino para mal. Joseph Conrad nos lo describe fabulosamente en sus novelas, especialmente en esa maravilla titulada El Corazón de las Tinieblas. Nos hallamos a finales del siglo XIX, época de los grandes imperios coloniales. Los belgas, dirigidos por su cruel y sanguinario rey Leopoldo II explotan el Congo de una manera que desembocará en lo que se ha considerado como un genocidio comparable al holocausto judío.

A lo largo de un viaje Marlow, el europeo, se encuentra constantemente con “los otros”, en este caso los africanos. ¿cómo los describe? Conrad nos los describe en primer lugar no como individuos, sino como un grupo, una masa homogénea que actúa como un todo, un enjambre colectivo. Están, tanto literal como metafóricamente unidos, ligados por una cadena.

Salvajes infelices, es la expresión que emplea como definición exacta. Infelices por salvajes, podríamos decir. Les falta la luz, la luz de la civilización, están en tinieblas, en la negrura, son negros. Infelices, trabajando encadenados. Al fin y al cabo están a nuestro servicio, al de los hombres civilizados que resplandecen a la luz del sol y que son la única posibilidad de redención para estos pobres desgraciados.

¿Es racista Conrad? Así lo sostiene con vehemencia Chinua Achebe, y no le faltan argumentos. Basta repasar “El corazón de las Tinieblas” para encontrarnos con todo un rosario de epítetos, expresiones e ideas totalmente racistas. Materia prima, denomina Marlow a los esclavos inmediatamente después de llamarlos salvajes infelices. Es la deshumanización extrema del “otro”, su consideración como mera mercancía. Negras sombras de enfermedad, les denomina en otro pasaje. “Supresión de las costumbres salvajes” se titulaba el informe escrito por Kurtz... podríamos seguir, las expresiones de este tenor son incontables a lo largo de la breve obra y nada nos hace sospechar que Marlow no expresa las ideas de Conrad. En definitiva, todo el relato es un juego de palabras sobre la luz de la civilización y las tinieblas del salvajismo.

Sin embargo, también cuenta Conrad con acérrimos defensores. Estos van más al fondo de la obra que a su forma. No es la cultura africana lo que critica Conrad, sino la locura del colonialismo. La locura de un barco que dispara hacia una nada repleta de seres humanos, la locura de una civilización que vive con las calaveras de sus “otros” a las puertas de sus casas, la locura de una civilización que es tan solo una pequeña capa de barniz que se resquebraja al contacto con las tinieblas de lo no civilizado llevando a la locura. Y eso que Conrad no vivió la locura del nazismo: la civilización resquebrajándose sola, precisamente en el corazón civilizado de la civilizada Europa.

¿En qué hemos cambiado? En la forma sí, desde luego. Llamar negro a alguien es un insulto muy grave. Hay que llamarles afroamericanos. Hay que ir con mucho cuidado con los epítetos que les dedicamos. Impera el respeto cultural de boquilla. Definitivamente Chinua Achebe tiene razón, hoy en día Conrad es muy, muy racista. Está demodé, no es políticamente correcto. Claro que ¿alguien conoce a un blanco? Yo, por lo menos, soy naranja pálido. Tampoco los negros son negros, paradojas de la vida.

Pero... ¿y en el fondo?, ¿Acaso nuestra civilización no sigue con las calaveras de sus “otros” a las puertas de su casa?, ¿No seguimos explotando, masacrando, hundiendo en la miseria a los “otros”?, ¿no siguen naufragando las pateras a la vista de nuestras playas?, esas mismas playas en las que nos bronceamos en Agosto mientras hacemos un crucigrama. Sí, quizá somos en el fondo mucho más racistas que Conrad. Quizá a nuestra civilización el napalm le sigue oliendo a gloria (Coppola interpretando a Conrad).

Pobre Conrad, perdido por las formas. Por lo menos para él África existía, estaba viva. Para nosotros simplemente no existe. ¿existe mayor insulto que el desprecio? Al fin y al cabo Conrad era hijo de su tiempo, y pocos son los que no cometen los pecados de su tiempo. Hijo de las ideas evolucionistas, hijo de un etnocentrismo que consideraba todo lo ajeno como bárbaro, como algo de lo que hay que redimir. Al fin y al cabo la oscuridad también reinaba sobre Londres. Roma llevó la luz allí. Así los europeos deben llevar la luz de la civilización al corazón de África, al corazón de las tinieblas. Para Conrad eso está fuera de toda discusión, como para casi todos los hombres (y mujeres, por supuesto) de su época, al fin y al cabo no abundan mucho los Bartolomé de las Casas.

Y es que con Bartolomé de las Casas empieza una corriente que, desgraciadamente, ha tenido pocos seguidores. Una corriente que va contra el etnocentrismo. Por primera vez en la historia occidental se aboga con él por una conciencia de especie: “Todas las naciones del mundo son hombres (...) todos tienen entendimiento y voluntad, todos tienen cinco sentidos exteriores y sus cuatro interiores se mueven por los objetos de ellos, todos huelgan con el bien y sienten placer con lo sabroso y alegre y todos desechan y aborrecen el mal”. Con él no existen culturas o religiones o países bárbaros, relegando dicho término a los comportamientos crueles, estúpidos o ajenos a la razón independientemente de sus raíces culturales. (Claro que todo es tan relativo, deberíamos establecer desde luego unos mínimos para definir qué es cruel, que es estúpido o qué es ajeno a la razón en otras culturas, ¿pero cómo hacerlo desde una asepsia cultural cuando todos estamos culturalmente contaminados?).

El hombre es por naturaleza mestizo. Somos hijos de una multiplicidad de difusiones culturales, pero también raciales: ¿Cuánta sangre corre por nuestras venas?... ¿y por nuestras células grises?... ¿cuántos inventos corresponden a otras culturas?, ¿cuánto debemos a los indios, a los chinos, a los persas, a los judíos, a los africanos? y sin embargo... tantas veces parece que los “otros” no son humanos, tantas veces parece que si les pinchamos no sangrarán.

Y sangran, vaya que si sangran. En el Congo, en Vietnam, en Afganistán, en Irak, en tantos y tantos lugares donde se perpetúa la locura de la civilización, la locura de Kurtz. Pero no nos damos cuenta. Proclamamos nuestra falta de racismo a los cuatro vientos, pero ¿cuántas vidas iraquíes vale la vida de un americano?, ¿cuántas congoleñas?, ¿cuántas afganas?, ¿cuántas pateras antes de que nos decidamos a ayudar a aquellos a quienes en su día empobrecimos? Claro que lo hacemos en nombre de la democracia. Nuestras conciencias pueden dormir tranquilas.

Y pensar que lo que más nos separa es lo más superficial: el color de nuestra piel. Una vulgar respuesta adaptativa a algo tan fútil como el clima. Algo más o menos de un pigmento llamado melanina, útil en países con elevada radiación ultravioleta y pernicioso en países sin nada de radiación ultravioleta. ¡Qué absurdo, eso es lo que tanto nos separa!

Claro que no somos racistas... siempre que “los otros” estén lo suficientemente lejos. En cuanto se nos acercan, nos entra la locura de Kurtz. Dentro de nuestras casas “el otro” molesta. Su cultura molesta. Tienen que asimilarse. Nosotros no, nosotros podemos ir con calcetines y sandalias en el trópico, y tomar té a las cinco de la tarde, por supuesto, ellos tienen que renunciar al turbante. Claro que no somos racistas siempre que nuestros hijos no quieran casarse con una negra o nuestros hijas con un negro, claro que no somos racistas siempre que no tengamos un negro de vecino, o que ningún negro vaya a las escuelas de nuestros retoños. Claro que no somos racistas. Conrad sí lo era... No somos racistas, pero los gitanos... son tan sucios.

Hemos viajado al corazón de las tinieblas, pero éste no se encuentra en África sino las profundidades de nuestra mente, de mi mente. Quizá debamos buscar en nosotros a Kurtz.... quizá debamos ayudar a Sherlock Holmes y a Sigmund Freud a encontrar a Jack el Destripador... o a Hitler... o a Leopoldo II... y a encarcelarlos para siempre.

Por África y por los africanos, a los que tanto debemos...

lunes, 20 de agosto de 2007

Inseguridad jurídica y especulación inmobiliaria

Uno de los conceptos que más pavor me provoca es el de inseguridad jurídica. Eso de no saber a lo que atenerte cuando actúas porque después pueda alguien decretar una ley con efectos retroactivos que te afecte jurídicamente. A mi juicio la seguridad jurídica es uno de los pilares fundamentales del estado de derecho.


Ahora bien, en el caso de la especulación inmobiliaria, para evitar males mayores, sí que me plantearía introducir ciertas dosis calculadas de inseguridad jurídica. Veamos algunos ejemplos en los que dicha actuación podría producir beneficios generales:
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  • Un consistorio, a punto de terminar su mandato electoral, aprueba un gran plan urbanizador en determinado sitio de gran interés paisajístico y natural. Casualmente, 15 días antes, una Compañía había comprado (a precio de saldo) los solares ahora urbanizables. El consistorio salido de las nuevas elecciones revoca el plan urbanístico. La Compañía reclama indemnizaciones por daños y perjuicios al haberse tocado unos supuestos derechos de construcción. ¿Es justo el lucro de la Compañía?, ¿no sería más justo que, en aras al bien general, no hubiera lugar a indemnización?

  • Unos terrenos en primera línea de mar, que nunca han estado construidos, han sido objeto de diversas operaciones inmobiliarias. En la actualidad figuran como urbanizables. El consistorio decide hacer un parque-bulevar en primera línea, en aras al bien general, bastante evidente. ¿Es justo tener que indemnizar al propietario de los solares por sus supuestos derechos. Dicha situación podría darse muy bien en Palma de Mallorca. Lo dicho, ¿no sería más justo que, en aras al bien general, no hubiera lugar a indemnización?

  • ¿Pueden, unos políticos, por muy votados que hayan sido, autorizar la construcción de un muro de viviendas en plena primera línea de mar, que tape toda la vista de una ciudad, tal como ha pasado en Palma en Es Molinar?, ¿es lícita ahí la seguridad jurídica?

En definitiva, ¿no deberían nuestros juristas y legisladores, en aras al bien común el plantearse introducir ciertas dosis de inseguridad jurídica en la legislación urbanística. Inseguridad jurídica controlada y sometida al fuero de la ley, al margen de arbitrariedades, por supuesto.


La especulación inmobiliaria produce: enriquecimientos injustos, subida del precio de la vivienda, destrucción del entorno natural, empobrecimiento de la mayoría de la población, corrupción política, fraudes y delitos, ... ¿no es hora de ponerle coto?


Para terminar, una pregunta muy, muy ingenua: ¿Por qué en España la inmensa mayoría de presidentes de clubes de fútbol son constructores?


...Seguiremos reflexionando.

domingo, 19 de agosto de 2007

Receta para hacerse millonario


Bien, vamos, al estilo de estos libros de autoayuda que tanto proliferan últimamente en las estanterías de nuestras librerías, a dar unos cuantos consejos para que ustedes puedan hacerse con un sustancioso capital. Sólo un consejo preliminar: abandonen absurdos escrúpulos de conciencia. Los grandes hombres (algunos grandes hombres) han conseguido abandonarlos. Quizá tenía razón el inmortal Balzac: "Detrás de toda gran fortuna hay un crímen". Vamos pues con los consejos:




  1. Hágase político. Diga que el servicio público es su prioridad y la única razón de su existencia, pero aproveche para pulular por Ayuntamientos, Diputaciones, Gobiernos, Consejos, y demás centros de poder. Recopile información, haga amigos (aunque los odie), sonría, vístase pulcra y elegantemente. Corbata imprescindible. Recuerde: información, información, información y amigos, amigos, amigos. Aquí se empiezan a cocer importantes negocios.


  2. Tome decisiones que favorezcan el negocio: que hay un hospital bien situado, cerca de un gran parque, con buenas vistas, en un entorno privilegiado,... un hospital que, por poner un ejemplo, se llame Son Dureta, déjelo caer, niéguele cualquier mantenimiento, haga que luzca sucio e incómodo, satúrelo de pacientes que se sientan maltratados. El hospital empezará a declinar, a parecerse a la Casa Usher del fantástico Edgar Allan Poe.


  3. Diga que es imposible ya reformar el hospital, que las obras serán una incomodidad para los pacientes, y tome la decisión de construir un nuevo hospital en otra parte. Haga del nuevo hospital un centro de desarrollo urbanístico, construya equipamientos, viviendas, residencias de ancianos, etc. alrededor del mismo. Verá como las comisiones empezarán a acudir raudas a sus bolsillos.


  4. Ahora viene la jugada maestra: una vez construido y en funcionamiento el nuevo hospital, convenza a la gente de la inutilidad de las viejas instalaciones. Díga que su afán es el servicio público y dedique una pequeña parte de su superficie a parque (hay que cubrir las apariencias). Al fin y al cabo, no hace falta mucha porque ya hemos dicho que estaba al lado del parque de Bellver (¿o no lo habíamos dicho?).


  5. Remate la faena recalificando el resto de terrenos para la construcción de viviendas de "alto standing"; construya al lado centros comerciales y de ocio donde los ricos habitantes de las nuevas viviendas puedan gastar sus dineros.


  6. Una buena comisión en cada operación de intermediación y algún negocio directo (si bien es conveniente que se haga a través de testaferros) asegurarán que sus bolsillos se llenen de dinero caliente que podrán dedicar a otros negocios.

Recuerde que esta receta constituye únicamente un ejemplo. Su imaginación le permitirá encontrar múltiples ejemplos semejantes: la destrucción y reconstrucción de un barrio entero, la construcción de carreteras y autopistas (copando previamente los negocios auxiliares: canteras, transportes, maquinaria...), etc. Zola nos ofrece buenos ejemplos.


Y recuerde también que todos estos proyectos sólo tienen un único objetivo: el interés general, por supuesto, una buena atención sanitaria, una buena infraestructura de transportes que haga que se reduzcan los accidentes, etc. El hecho, totalmente accesorio, de que usted se llene de oro los bolsillos es un efecto colateral, sin más importancia para el interés general.


Y no se preocupe, que estos hechos no se van a agravar a raiz de la publicación de esta humilde receta, vienen ya siendo práctica habitual en nuestras sociedades.


Seguiremos reflexionando...

sábado, 18 de agosto de 2007

Especulación inmobiliaria

Ya tenía yo ganas de realizar una entrada en esta bitácora acerca de la especulación inmobiliaria, veamos:
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Los ánimos hastiados se volvían hacia los negocios y los placeres. Los que poseían algo desenterraban su dinero y los que no peseían buscaban por los rincones los tesoros olvidados...
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... desde los primeros días, sentía llegar esta oleada ascendente de la especulación, cuya espuma iba a cubrir... Se hallaba en el medio y medio de la cálida lluvia de escudos que caía a chorros sobre los tejados de la ciudad. En sus carreras continuas a través del Ayuntamiento, había sorprendido el vasto proyecto de la transformación de..., el plan de esas demoliciones, de esas vías nuevas y de esos barrios improvisados, de ese agio formidable a cuenta de la venta de terrenos e inmuebles, que encendían, en las cuatro esquinas de la ciudad, la batalla de los intereses y el resplandor del lujo a ultranza. Desde entonces su actividad tuvo una meta. Fue en esa época cuando se convirtió en un buen chico. Engordó incluso un poco, dejó incluso de correr por las calles como un gato flaco en busca de una presa. En su despacho era más charlatán, más cortés que nunca...
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El plan de fortuna... era sencillo y práctico. Ahora que tenía en sus manos más dinero del que nunca había soñado para comenzar sus operaciones, contaba con aplicar sus designios a lo grande. Conocía su... al dedillo; sabía que la lluvia de oro que edificaba sus muros caería más recia cada día. La gente hábil no tenía más que abrir los bolsillos. Él se había situado entre los hábiles, al leer el futuro en los despachos del Ayuntamiento. Sus funciones le habían enseñado cuánto se puede robar en la compraventa de inmuebles y solares; sabía cómo se revende por un millón lo que ha costado quinientos mil...; cómo se paga el derecho de forzar las arcas del Estado, que sonríe y cierra los ojos; cómo, haciendo pasar un bulevar por el vientre de un viejo barrio, se hacen juegos malabares, entre los aplausos de los engañados, con las casas de seis pisos... el cáncer de la especulación... un terrible jugador era que adivinaba más lejos que sus propios jefes el futuro de sillars y de yeso que le estaba reservado a ... habría podido profetizar el espectáculo que ofrecerían los nuevos barrios... En las calles, a veces, miraba ciertas casas con aire singular, como a viejas amistades cuya suerte, conocida sólo por él, le afectara profundamente.
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- Sí, sí, he dicho bien, más de un barrio va a fundirse, y quedará oro entre los dedos de la gente que caliente y revuelva la cuba... ¡Son idiotas, estas ...! Ni siquiera sospecha el ejército de piquetas que la atacará un día de éstos.
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¿Hablamos de Marbella?, ¿del caso Malaya?, ¿de Madrid?, ¿de Palma? No amigos. Estos fragmentos no los he escrito yo, ¡más quisiera! son de Zola en su recomendable obra La Curée, La Jauría. Hablan de la construcción de París durante el Segundo Imperio Francés, allá por los tiempos de Napoleón III, concretamente en 1.852. El libro data de 1.872. Pero la verdad es que estos párrafos podrían formar parte de una novela naturalista sobre cualquiera de nuestras ciudades de hoy en día.
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Ya seguiremos con este tema. Da para mucho...

viernes, 17 de agosto de 2007

Adalides del liberalismo


Atención a la siguiente noticia del New York Times: Charity Says U.S. Food Aid Hurts Poor, es decir, que la ayuda alimentaria de los EE.UU. perjudica a los pobres. Para los que no sepan inglés, ahí va un pequeño y libre resumen del artículo: una organización humanitaria ha rechazado ayuda alimentaria por valor de 46 millones de dólares argumentando que la manera en que el gobierno de EE.UU. distribuye su ayuda perjudica a los campesinos pobres. Los excesos de producción agraria en EE.UU. están fuertemente subvencionados por el gobierno, y además, las grandes compañías de transporte obtienen onerosos contratos para llevar la ayuda, ¿quiénes son los perjudicados? los campesinos pobres que tienen que competir con estos productos. Las organizaciones humanitarias recalcan que no están en contra de ayuda alimentaria en casos de verdadera emergencia. ¿Por qué EE.UU. no da su ayuda en dinero en vez de en especie? Amigo, entonces el negocio se les vendría abajo, gastarían lo mismo pero se quejarían sus agricultores y sus grandes multinacionales del transporte que ahora se lucran con el negocio (sí, sin entrecomillar). ¡Vaya ayuda, hay ayudas que matan!


Subvencionar excedentes agrícolas, dar contratos ventajosos a multinacionales nacionales (y perdón por la antinomia), ... excelentes políticas liberales llevadas a cabo por el adalid del liberalismo mundial. Recordáis el artículo titulado: Sobre el liberalismo, pues a él me remito.


¿Quieren otro ejemplo? Veamos el caso de los juguetes chinos retirados por contener exceso de plomo o piezas inadecuadas para los niños. Son clarísimamente juguetes de una marca americana, una marca propiedad de una multinacional que ha impuesto sus juguetes en todo el mundo (nuestros jugueteros de Ibi podrían seguramente decirnos muchas cosas al respecto), una multinacional que se supone dispone de controles de calidad totalmente seguros y fiables, una multinacional con unos gabinetes de márketin y de especificación de productos con unos presupuestos astronómicos. A esa multinacional se le cuelan unos productos defectuosos. ¿De quién es la culpa? de los chinos, naturalmente. De la multinacional (Mattel para hablar claro) en ningún caso. Como diría Hamlet, algo huele a podrido (y en este caso no es en Dinamarca).


¿Lo ratificamos? lean con atención la siguiente noticia (ésta es en español): La fiebre antichina se extiende por EE.UU. Vaya, y esto ocurre precisamente en el momento en que China empezaba a despegar en su desarrollo económico, generando, como ya vimos en el artículo "Modelo de desarrollo", importantes trastornos en la economía mundial. Claro, bastantes problemas están causando los "dichosos" chinos: subida del precio del petróleo, de los alimentos, competencia a los productos de los países desarrollados...


Lo dicho, los EE.UU. o mejor, su gobierno, son los adalides del "liberalismo"


¿Dónde hay un liberal?...


jueves, 16 de agosto de 2007

Estilo de vida occidental

¿Nos hemos vuelto locos?, ¿alguien se ha parado a pensar en lo absurdo que es el estilo de vida occidental?, ¿algún economista se ha dedicado a calcular los costes de dicho estilo de vida? Veamos algunos ejemplos, no muy ordenados ni sistemáticos:
  • ¿Es racional que haya más de un coche por familia? los coches son uno de los principales factores de contaminación ambiental, de derroche económico, de muertes de jóvenes, de consumo de territorio, de destrucción de la naturaleza,... ¿alguien puede imaginarse la fantástica red de transportes públicos que podríamos tener sólo con los ahorros económicos de prescindir del coche privado?, ¿alguien, algún economista lo ha analizado? Definitivamente, hay que matar a muchos economistas para conseguir un único cerebro. Y todo en base a una supuesta comodidad y libertad individual que está muy lejos de ser demostrada. Claro, pero el mercado y la mano invisible (y también algo negra) de Adam Smith son los dioses del momento.
  • ¿Alguien ha visto la cantidad de basura que generamos cuando almacenamos la compra del supermercado? bandejas de carnes, frutas y verduras, plásticos, cartones de yogures y de latas de conservas, cajas de embalaje, ... definitivamente estamos locos. ¿sabe alguien el coste económico?, ¿lo ha calculado alguien? Y no se nos ocurre eliminar toda esta basura, no, lo que quieren nuestros ecologistas de salón es reciclarla, ¿para qué? para construir quemaderos de basura donde una pequeñísima parte sea reutilizada. Nada de reciclaje, eliminación de la basura. ¿Para qué necesita una lata de sardinas una caja de cartón?, ¿acaso no se puede imprimir la información al consumidor en la propia lata? Absurdo, definitivamente podemos encumbrar a Kafka como el mayor literato realista de la historia de la humanidad.
  • ¿Para qué reciclar las botellas de vidrio?, ¿para qué fundir el vidrio para reconstruir una botella?, toda la vida ha transcurrido reutilizando las botellas mediante un simple lavado, ¿acaso no podríamos continuar así?, en Dinamarca lo hacen, ¿es la vida más incómodo allí?, ¡ah, y las latas de bebida totalmente prohibidas, botellas y nada más!
  • ¿Es lógico que cada vez que se me agota la tinta de mi impresora tenga que comprar un cartucho entero, hasta con el circuito eléctrico impreso?, la lógica nos dice que cuando se agota la tinta debería bastar con reponerla.
  • ¿Es lógico emplear superficie cultivable para fabricar biodiésel cuando tenemos a la mayoría de la humanidad pasando hambre?

Definitivamente, nos hemos vuelto locos. Seguro que todos vosotros podéis encontrar ejemplos tanto o más absurdos que los citados. Pero... ¿alguien tiene soluciones? Yo, desgraciadamente no. Veo que el sistema está enfermo, pero no se me ocurre ninguna medicina. El debate, la tormenta de ideas, la publicidad de las mismas me parecen la única solución. ¿empezamos el debate?... algún día hablaremos del márquetin y la publicidad.

Y para terminar dos noticias de hoy: "Actos vandálicos" de la CIA en la Wikipedia, y Washington podría etiquetar como grupo terrorista a la Guardia Revolucionaria iraní. Sin comentarios, se los dejo a la inteligencia del lector.

Conmocionado todavía por el último atentado en Irak y por el terremoto de Perú... seguiremos reflexionando...

miércoles, 15 de agosto de 2007

El valor del trabajo. Mis conclusiones


Llevamos ya una serie de días con el debate sobre el valor del trabajo bastante olvidado. Regresemos un poco a él.


Había llegado a tres conclusiones que creo que son fundamentales en el tema de que tratamos:


  • El valor del trabajo es totalmente independiente del precio del mismo.

  • Es de justicia acercar, en la medida de lo posible, el precio del trabajo a su valor.

  • No todos los trabajos tienen el mismo valor.

Y aquí habíamos dejado el debate: ¿cuál puede ser la diferencia entre el trabajo más valioso y el de menor valor? No tengo la respuesta, pero sí algunas ideas: salvo casos patológicos (que deberían ser resueltos en otro ámbito), el trabajo más valioso puede valer el doble del de menor valor, puede valer diez veces más, puede valer, incluso lo puedo concebir, cien veces más, mil veces me empieza a parecer una exageración y millones de veces me parece una gran injusticia social. Y esto lo pienso para cualquier trabajo humano, se desarrolle en España, en China, en la India o en Lesotho.


Así pues, creo que todos los sistemas económicos existentes, en especial el capitalista, consienten una gran injusticia social, infravalorando el trabajo de una gran parte de la humanidad y sobrevalorando el trabajo de unos pocos privilegiados.


Se me puede argüir que el argumento empleado es excesivamente cualitativo y ambiguo. Es igual, no quiero renunciar a él, las matemáticas sirven para lo que sirven, pero creo que hay muchas cosas para las que no sirven. Hay muchas cosas que no se pueden medir, como nos dice Neil Postman en Tecnópolis: el amor, la libertad, la justicia, y... el valor del trabajo. Ya Marx se empantanó en arcanas ecuaciones matemáticas para calcular lo incalculable. Ahora bien, el que no sea medible y matematizable no quiere decir que no le podamos aplicar las leyes de la lógica y del sentido común.


¿Qué os parece? Espero oír voces discrepantes. Mis argumentos son muy discutibles. El debate nos puede ayudar a atisbar la verdad.


Seguiremos reflexionando...


Por cierto, esta noticia de hoy: Al menos 175 muertos en varios atentados contra una minoría religiosa kurda de Irak me ratifica en mi axioma: No hay crímenes de guerra. La guerra es el crimen, el mayor crimen.


Y ayer en televisión, dando la noticia de un secuestro de dos niños en Venezuela dieron como primicia que no eran de nacionalidad española, vivían en España, pero no tenían la nacionalidad. Y yo me pregunto: ¿qué aporta este dato a la noticia?, ¿qué significa?, ¿ya no nos importan nada los niños?, ¿los pueden matar ya tranquilos los criminales? No entiendo nada.

martes, 14 de agosto de 2007

No hay nada nuevo bajo el sol

Ya lo dice el Eclesiastés en tiempos de Ciro, el grande: No hay nada nuevo bajo el sol. Por cierto, que un día tenemos que hablar del Eclesiastés y del Cantar de los Cantares, dos de las obras cumbres de la literatura universal.


Veamos: un país, la mayor potencia económica y militar de la época invade a otro país. El invasor trae las ideas más avanzadas: libertad, igualdad, fraternidad, democracia, progreso,... y lo más adelantado de la civilización occidental. Los invadidos viven sojuzgados bajo una dictadura férrea, despótica, criminal. Atrasados, hundidos en el oscurantismo de una religión que se resiste con uñas y dientes a cada avance de la razón. Se enfrentan pues los principios de la civilización a los de las tinieblas, la luz a la oscuridad, el progreso y la civilización al atraso y la opresión, la democracia a la dictadura.


¿De qué estoy hablando?, ¿de Irak en el siglo XXI o de España en el XIX?, ¿de Sadam Hussein o de Fernando VII?, ¿de EE.UU. o de Francia?, ¿de Bush o de Napoleón?, ¿quiénes son los buenos y quiénes los malos?, ¿se puede exportar la democracia a la fuerza?, ¿se puede imponer la libertad a cañonazos? Definitivamente no existen los crímenes de guerra, eso es hipocresía, la guerra es el crimen. El mayor crimen.


lunes, 13 de agosto de 2007

El traje viejo del emperador

Vean la siguiente foto. Es estremecedora:

Los ojos se adivinan de mirada fría, cortante, hiriente, tras unas gafas negras. El mentón apretado, en mueca que denota lo que se cuece en las profundidades de su cráneo, que no puede ser nada bueno. Los brazos cruzados, estáticos pero impacientes, necesitados de acción: ¿matar a alguien?, el gesto impasible, pero denotando tensión, como incómodo, urgido por el reloj que se deja ver en su muñeca. El pelo cuidadosamente peinado hacia atrás, impoluto, todo límpio: como recién duchado, que podemos hacer cosas sucias, pero nosotros no nos manchamos. El gorro militar cuidadosamente posado sobre sus rodillas: un hombre sin duda cuidadoso y responsable. Un salvador de su patria. Un patriota... Pinochet.

Ya en esta foto, del año 1.973 se adivinaba que sería capaz de grandes cosas. Un héroe moderno con la hechura de los clásicos, un César (Augusto) redivivo.

Y ahora lean la siguiente noticia de hoy: Un hijo de Pinochet saca a la venta trajes de su padre. Impactante, estremecedora, sin duda una noticia de las que hace pensar.

Definitivamente, ¡cuánta razón tenían los clásicos!: "sic transit gloria mundi", así pasa la gloria del mundo. ¿Vale la pena tanta maldad, tantos muertos, tanto sufrimiento, tanto... , si al final hay que acabar vendiendo el traje viejo del "emperador"?, ¿qué se hizo de tanto poder, de tanta gloria?, ¿dónde está ahora?...

Seguiremos reflexionando...

domingo, 12 de agosto de 2007

De arquitectos (y 2)


En esta noticia: En la ciudad de los antiguos puentes, polémica sobre uno nuevo, vemos cómo la polémica acerca de los arquitectos en general y de Santiago Calatrava en particular llega a Venecia. (Siento que la noticia esté en inglés, pero la foto habla por sí sola).


Ministerios de defensa

Una pregunta me lleva intrigando desde hace ya mucho tiempo: ¿Por qué todos los países tienen ministerio de defensa si no hay ninguno que tenga ministerio de ataque?, ¿de qué sirve un ministerio de defensa si no existe ningún atacante?, ¿no es hora ya de acabar con tanta hipocresía y devolver al ministerio el nombre que tuvo durante la república: ministerio de la guerra?

Bien, en cuanto al valor del trabajo ya hemos dejado sentado que éste no se identifica con su precio y que no todos los trabajos tienen igual valor. Ahora bien, ¿cuál es la diferencia que puede haber entre el trabajo más valioso y el de menor valor?; ¿el doble?, ¿diez veces?, ¿cien veces?, ¿mil?, ¿un millón?, ¿ilimitado?, ¿qué os parece?, me gustaría conocer vuestras opiniones.
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La lacra del trabajo infantil...

sábado, 11 de agosto de 2007

Dunkin Donuts en el país de la ensaimada




Palma se está llenando de establecimientos de Dunkin Donuts: calle Olmos, plaza de Cort, calle Conquistador,... No tengo nada contra ellos, pero resulta extraño que un producto totalmente ajeno a nuestra cultura esté colonizando las calles y puntos más céntricos de nuestra ciudad. Más cuando en nuestra cultura disponemos de un manjar gastronómico tan delicioso y delicado como es la tradicional ensaimada.


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Y yo me pregunto: ¿qué hacemos los mallorquines cuando sucumbimos a los encantos del producto conocido universalmente por su agujero central, despreciando toda la filosofía que se oculta en los giros de la espiral?, ¿y, a qué vienen a tomarse Donuts unos turistas que pueden catarlos cuando les apetezca allá en sus tierras, donde carecen de la delicada ensaimada?


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Colonización cultural, se denomina la figura. O poder del capital frente a la cultura... Y no es malo el multiculturalismo. Disfruto de comer en restaurantes indios, mejicanos, tailandeses, japoneses, argentinos, marroquíes,... incluso de tomarme de vez en cuando una buena pizza o incluso una hamburguesa. No, lo malo es el avasallamiento, la profusión de comercios de determinadas marcas que copan los mejores locales comerciales de las ciudades de todo el mundo, amparados en el poder inmenso del capital y del márquetin y con absoluto desprecio de las realidades culturales y sociales de los países colonizados (que en este caso son todos).


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Por la cultura, por la ensaimada, por su filosofía, por su espiral, por su delicadeza... consuma productos locales, consuma ensaimadas en Mallorca, paellas en Valencia, hamburguesas en Tejas, pizzas en Venecia, cuscus en Marruecos, sushi en japón,... y de todo en su casa. No sucumba al neocolonialismo.


viernes, 10 de agosto de 2007

Sobre competitividad y solidaridad

Dos conceptos (aparte del desarrollo de la inteligencia y la liberación de las manos) han llevado al hombre a la cúspide de la pirámide evolutiva en la tierra: la competitividad y la solidaridad. Lo que pasa es que la competitividad está de moda, basta una elemental búsqueda con el Sr. Google para encontrar las siguientes noticias: La competitividad de los gobiernos está en debate, La competitividad como pilar del desarrollo,... hay aproximadamente 6.563 entradas en las noticias. Podemos decir que la competitividad es el nuevo dios de la economía, un dios al que nadie cuestiona: CC.OO., el PC, y cualquiera pide más competitividad para España. Ir contra la competitividad es una herejía.
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Y no, amigos, no voy a ser yo el hereje. Reconozco sin reparos el valor de la competitividad. Una sana envidia y ambición para emular al otro han sido los causantes de innumerables avances humanos. Baste ver que la guerra ha sido el motor de la ciencia en la inmensa mayoría de avances. ¿Acaso la guerra fría no fue un indiscutible motor de la carrera espacíal, que condujo a avances tan útiles como el horno microondas o los avances en las telecomunicaciones?
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Lo que pasa es que junto a la competitividad hay una cenicienta a la que frecuentemente olvidamos. que a pesar del engaño de tener más entradas en las noticias de Google (más de 11.000), está olvidada en todos los manuales de economía y del mundo de la empresa: la solidaridad.
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¿Y acaso la solidaridad no ha jugado también un papel decisivo en el desarrollo económico?, ¿no fue la solidaridad la que hizo que los hombres pudieran matar por primera vez un mamut?, ¿no es la solidaridad la que permite grandes empresas?, ¿todo el mérito se lo debemos dar a la competitividad.
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No debemos confundir la solidaridad con la caridad. Solidaridad es ayudar y ayudarse, arrimar el hombro para conseguir grandes empresas, para lograr avanzar. Solidaridad es ver más allá del conflicto y ser capaz de cooperar, de obrar con...
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Como ya indiqué en el artículo "Modelo de desarrollo" creo que el actual modelo económico está agotado y dando sus últimas bocanadas. Las noticias son inquietantes: Crisis financiera en EE.UU., bolsas a la baja, alimentos en subida de precios desbocada, burbujas inmobiliarias, la guerra de Irak sin resolver, Pakistán con problemas, Rusia que no encuentra su sitio en la escena mundial, el mundo islámico en ebullición, África, un continente que sencillamente no existe... no, no soy catastrofista, la situación puede aguantar décadas e incluso puede revertirse, pero será con nuevas ideas. Las viejas no sirven. Las crisis cíclicas del capitalismo no se han terminado a pesar del espejismo de las últimas décadas.
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Y entre estas nuevas ideas, no me cabe duda de que habrá una revalorización de los conceptos de solidaridad y cooperación. El ser humano los ha empleado brillantemente en numerosas ocasiones y seguro que sabrá volver a hacerlo.
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No perdamos la esperanza.
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Por cierto, también me ha llamado mucho la atención esta noticia: El parlamento mauritano prohibe la esclavitud. ¿En qué siglo estamos? Definitivamente, África se merece ser objeto de una entrada en este blog.
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Seguiremos...